Claro de Luna (II)
 
 
En la noche de luna, en esta noche
de luna clara y tersa,
mi corazón como una rana oscura
salta sobre la hierba.
 
¡Qué alegre está mi corazón ahora!
¡Con qué gusto levanta la cabeza
bajo el claro de luna pensativo
esta medrosa rana de tragedia!
 
Arriba, por los árboles,
las aves blandas sueñan,
y más arriba aún, sobre las nubes,
recién lavadas brillan las estrellas...
 
¡Ah, que no llegue nunca la mañana!
¡Que se alargue esta lenta
hora de beatitud en que las cosas
adquieren una irrealidad suprema;
 
y en que mi corazón, como una rana,
se sale de sus ciénagas,
y se va bajo el claro de luna
en vuelo sideral por las estrellas!

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